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La prevención del suicidio no se ha abordado apropiadamente debido al tabú existente en muchas sociedades para examinarlo abiertamente. Compartimos con ustedes algunos mitos relacionados con el suicidio y datos clave que brinda la Organización Panamericana de la Salud.

Quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo.

FALSO. Quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo ayuda o apoyo. Un número significativo de personas que contemplan el suicidio presentan ansiedad, depresión y desesperanza y pueden considerar que carecen de otra opción. 

La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa. 

FALSO. La mayoría de los suicidios han ido precedidos de signos de advertencia verbal o conductual. Desde luego, algunos suicidios se cometen sin advertencia previa. Pero es importante conocer los signos de advertencia y tenerlos presente. 

El suicida está decidido a morir. 

FALSO. Por el contrario, los suicidas suelen ser ambivalentes acerca de la vida o la muerte. Alguien puede actuar impulsivamente al beber plaguicidas, por ejemplo, y morir unos pocos días después, aunque hubiera preferido seguir viviendo. El acceso al apoyo emocional en el momento propicio puede prevenir el suicidio.

Quien haya sido suicida alguna vez, nunca dejará de serlo. 

FALSO. El mayor riesgo de suicidio suele ser de corto plazo y específico según la situación. Aunque los pensamientos suicidas pueden regresar, no son permanentes, y quien haya tenido pensamientos e intentos suicidas puede llevar después una larga vida. 

Solo las personas con trastornos mentales son suicidas. 

FALSO. El comportamiento suicida indica una infelicidad profunda, pero no necesariamente un trastorno mental. Muchas personas que viven con trastornos mentales no son afectadas por el comportamiento suicida, y no todas las personas que se quitan la vida tienen un trastorno mental. 

Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como estímulo.

FALSO. Dado el estigma generalizado alrededor del suicidio, la mayoría de las personas que contemplan el suicidio no saben con quién hablar. En lugar de fomentar el comportamiento suicida, hablar abiertamente puede dar a una persona otras opciones o tiempo para reflexionar sobre su decisión, previniendo asl el suicidio. 

Algunos datos clave: 

  • En la región de las américas se notificó un promedio de 81.746 muertes por suicidio al año entre 2010 y 2014, siendo la tasa de suicidio en américa del norte y el caribe no hispano superior a la tasa regional. 
  • Alrededor del 79% de los suicidios en la región ocurren en hombres. La tasa de suicidio ajustada por edad entre los varones es más de tres veces superior a la de las mujeres. 
  • El suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años en las américas. las personas de 45 a 59 años tienen la tasa de suicidio más alta de la región, seguidas por las de 70 años o más. 
  • La asfixia, las armas de fuego, la intoxicación con drogas y alcohol y el envenenamiento con plaguicidas y productos químicos son los cuatro métodos más utilizados para el suicidio, que representan el 91% de todos los suicidios en la región. 

Eliminemos el estigma. #HABLEMOS

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