El reencuadre es una herramienta esencial en el ámbito de la psicoterapia que permite modificar la manera en que los pacientes perciben y experimentan sus problemas, abriendo la puerta a nuevas formas de afrontar sus desafíos. Este proceso implica un cambio en el marco conceptual o emocional desde el cual se observa una situación, dotando de un nuevo significado a experiencias que previamente podían parecer insuperables.
Viktor Frankl y el reencuadre existencial
Uno de los ejemplos más poderosos del reencuadre en la historia de la psicoterapia es el relato de Viktor Frankl, psiquiatra y fundador de la logoterapia, quien transformó su experiencia como prisionero en un campo de concentración nazi en una fuente de significado. En su obra From Death Camp to Existentialism, Frankl narra cómo, mientras otros prisioneros sucumbían a la desesperanza, él reencuadró su situación imaginándose a sí mismo dando conferencias sobre las lecciones que aprendería de esa experiencia. Este reencuadre no solo le permitió mantener su resiliencia mental, sino que lo llevó a ayudar a otros a encontrar sentido en situaciones extremas.
La historia de Frankl nos muestra cómo el reencuadre puede ofrecer una vía hacia el empoderamiento en medio de la adversidad. Al cambiar la percepción de una situación, es posible reducir la sensación de impotencia y abrir el camino hacia nuevas posibilidades de crecimiento y adaptación.
El reencuadre según Watzlawick
Paul Watzlawick, junto con Weakland y Fisch, en su libro Change, define el reencuadre como el acto de cambiar el marco desde el cual se vivencia una situación. Al reencuadrar, se logra situar una experiencia dentro de un nuevo contexto que permite reinterpretar los hechos y modificar el significado original.
Este concepto está vinculado a la conocida frase del filósofo estoico Epicteto: “Lo que me preocupa no son las cosas en sí mismas, sino las opiniones que tenemos sobre las cosas”. En otras palabras, no es el evento lo que genera sufrimiento, sino cómo lo percibimos. El reencuadre invita a replantear esas percepciones, ofreciendo una nueva luz sobre lo que previamente parecía ser un obstáculo insalvable.
Aplicaciones terapéuticas del reencuadre
En la práctica clínica, el reencuadre es una técnica que puede ser utilizada en diversas modalidades terapéuticas, desde la terapia cognitivo-conductual hasta enfoques sistémicos y narrativos. Algunas de las aplicaciones más comunes incluyen:
- Reencuadre cognitivo: En la terapia cognitiva, el reencuadre es fundamental para ayudar a los pacientes a modificar pensamientos distorsionados o irracionales. Al cambiar la interpretación de una situación, se pueden generar respuestas emocionales más adaptativas.
- Reencuadre familiar: En la terapia sistémica, el reencuadre permite a las familias ver los problemas desde una nueva perspectiva, lo que facilita la reducción de la culpa y la comprensión de los patrones de interacción disfuncionales.
- Reencuadre emocional: También se puede utilizar para ayudar a los pacientes a identificar y reinterpretar sus respuestas emocionales. Al proporcionar un nuevo significado a una emoción, como la ansiedad o la tristeza, es posible que el paciente desarrolle una mayor aceptación y herramientas para gestionarla de manera efectiva.