Una intervención muy utilizada en la práctica clínica del Modelo de Resolución de Problemas es la connotación positiva del síntoma o problema.
La técnica de la connotación positiva consiste en redefinir una problemática familiar en términos positivos, con el fin de resaltar los recursos del propio sistema. Supone atribuir un significado positivo a la conducta problemática o síntoma, así como al contexto relacional donde adquiere su funcionalidad.
Esta técnica se desarrolló en el modelo milanés, a partir de postulados de la filosofía del lenguaje. La linealidad del lenguaje nos obliga a hacer evaluaciones, a adoptar un «moralismo que es inherente al lenguaje».
Los milaneses intentaron escapar a esta regla por medio de la valoración positiva básica de todas las conductas de la familia. El arte está en resistir a la tentación de interpuntuar los procesos circulares de forma unilateral y, por ejemplo, establecer una relación lineal entre el síntoma y las categorías psicopatológicas de otros miembros de la familia.
Un indicio claro de que el terapeuta está haciendo una interpuntuación fuerte en el diálogo interior es el hecho de que sienta enfado o indignación hacia uno o varios miembros de la familia. cuando eso ocurre, la familia se divide en miembros «buenos» y «malos», y resulta más difícil ver la interacción en su totalidad.
La connotación positiva contrarresta esta tendencia: el terapeuta debe forzarse a ser consecuente con una perspectiva sistémica de la familia y ver todas las conductas como contribuciones constructivas de los distintos miembros de la familia para mantener la unidad y la cohesión de la familia y sienta las bases para una posible intervención paradójica de no cambio.
En efecto, si lo que está pasando en la actualidad tiene un valor positivo, mejor no cambiar y persistir con los síntomas.
Esta intervención tiene a menudo un fuerte componente provocativo que cortocircuito los patrones interaccionales del sistema e impide la funcionalidad que tenía previamente el síntoma.
Puesto que la familia se siente mal con el síntoma, se encuentra con el dilema de confirmar la visión del equipo terapéutico y no cambiar, o bien descalificarlo cambiando.