Por: Lic. Antonela Blanco
Con el avance de la administración de la vacuna contra el coronavirus y a medida que se van levantando las restricciones impuestas por la pandemia en todo el país, muchas oficinas y centros de trabajo que estuvieron cerrados durante más de un año están reabriendo, lo que significa que muchas empresas empiezan a llamar de vuelta a sus edificios a empleados que llevan meses trabajando a distancia.
Según los expertos, esta transición puede generar estrés y temor en las personas que han estado trabajando desde casa durante el último año y medio. Si la vuelta a la oficina te produce ansiedad, considera estas 5 estrategias para facilitar la transición al trabajo presencial.
Hacé un ensayo general
Ensayar tu rutina diaria es un buen método para combatir los nervios del primer día. Elegí un día y levantate, desayuná, vestite y movete como lo harías habitualmente. Si tenés acceso a tu lugar de trabajo, considerá la posibilidad de pasar por ahí o pedir permiso para sentarte un rato en tu escritorio. (Una opción para quien no pueda hacerlo es visualizar o poner por escrito los detalles del reencuentro con su espacio de trabajo). Esta estrategia no solo da la oportunidad de anticiparse a posibles contratiempos (por ejemplo, ¿cambió el horario del colectivo desde el año pasado?), sino que también te prepara física y mentalmente para tu nueva rutina.
Perfeccioná las rutinas y cuidá de vos mismo
Regresar a la oficina supone un cambio no solo en tu jornada laboral, sino también en rutinas domésticas como la organización del cuidado de tus hijos o tu horario de sueño, cosas que pueden haber cambiado durante la pandemia. Programá un momento semanal para sentarte con los miembros de tu hogar y hablar abiertamente de la transición, en particular durante el primer mes, cuando las rutinas familiares pueden sufrir más cambios. No descuides los aspectos básicos del cuidado personal, asegurate de dormir lo suficiente (sobre todo si tienes que levantarte antes para ir al trabajo), hacer ejercicio y comer bien. También es importante dedicar tiempo a las actividades que te relajen, como escribir en un diario o meditar.
Mejorá tu jornada laboral
Aprovechá el periodo de adaptación y dale prioridad a aquellas tareas y actividades que eran difíciles o imposibles de realizar a distancia, como las reuniones en persona o ponerse al día con los compañeros durante la comida, interacciones que también te ayudarán a recuperar el ritmo social de la oficina. Por otra parte, la vuelta a la oficina ofrece una valiosa oportunidad para recuperar algunos de los límites entre la vida laboral y la vida personal que pueden haberse disipado durante el tiempo que pasaste trabajando a distancia.
Buscá (y brindá) apoyo según sea necesario
Si bien es normal que la vuelta al trabajo genere algunos sentimientos de ansiedad, todo aquel que experimente un nivel de angustia que interfiera en su funcionamiento diario debe plantearse acudir a un profesional de salud mental para recibir ayuda. También es importante saber a qué amigos podés acudir en busca de apoyo. Durante este tiempo, la propia oficina puede ser una buena fuente de conexiones personales: se ha demostrado que los vínculos personales entre compañeros hacen que seamos más productivos y eficientes en el trabajo.
Aceptá lo que no podés cambiar
Los expertos subrayan que la transición de vuelta al trabajo es un período de adaptación que es mejor abordar con una mentalidad abierta. Para ello, es recomendable practicar lo que se conoce como “aceptación radical”: tomar conciencia de que, aunque no podés controlar si te llaman para que vuelvas a la oficina (o el comportamiento de los demás una vez estés ahí), sí podés hacerte cargo de tus sentimientos y tu comportamiento ante unas circunstancias cambiantes. Durante tus primeras semanas en la oficina, observá sin juzgar y tomá nota de cómo te sentís para así ajustar tu comportamiento en consecuencia.
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