Por: Lic. Antonela Blanco
Debido a la prevalencia de la depresión, son muchas las personas que pueden estar en relaciones con parejas que son propensas a ella. Cuando ayudas a tu pareja a sobrellevar la lucha contra la depresión, los expertos dicen que hay formas de brindarle apoyo y al mismo tiempo de cuidarte a vos mismo.
Estas son algunas sugerencias:
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Obtener más información sobre la depresión.
Familiarizarse con algunos de los marcadores físicos y emocionales de la depresión puede ayudarte a identificar si su pareja simplemente está de mal humor o viviendo con depresión. Los signos comunes incluyen pérdida de interés en las actividades regulares, cambios en el apetito o el sueño, síntomas físicos inexplicables, como dolores de cabeza o dolor de espalda que tienden a durar al menos dos semanas.
Aprender más sobre qué es la depresión y cómo afecta a las personas también puede ayudarte a protegerte emocionalmente, responder con más empatía y evitar tomar el comportamiento de tu pareja como algo personal.
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Cultivar la curiosidad sobre la experiencia de tu pareja.
Cuando su pareja siente dolor, es posible que sienta la necesidad de decirte lo que cree que está sucediendo. Intentá liderar la conversación haciendo preguntas, preguntale a tu pareja cómo se siente. Expresá que te gustaría entender más acerca de lo que está pasando. Si tu pareja está a la defensiva, podés activar la “escucha reflexiva”. Por ejemplo, si le preguntas a tu ser querido cómo se siente y te dice que está bien y que no pasa nada, podés responder algo como: “Lo que me estás diciendo es que no pasa nada, ¿entendí bien? ¿Puedo decirte lo que yo estoy notando?”.
Si te esforzás por liderar con preguntas en lugar de apresurarte a compartir tu opinión, es más probable que tu pareja se sienta escuchada y valorada, no juzgada.
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Reconocer tus limitaciones.
Para ayudar a un ser querido a obtener un diagnóstico y tratamiento, podés contactarte con potenciales profesionales de la salud mental y programar citas, o compilar una lista de terapeutas para que se comuniquen. Pero los expertos dicen que también es importante recordar que no se puede obligar a nadie a buscar ayuda, y que presionar demasiado puede resultar contraproducente.
Muchas veces, las parejas que se responsabilizan demasiado del cuidado también se ven abrumadas por sentimientos de culpa y vergüenza cuando no pueden solucionar el problema. No deberías tener que ser el único apoyo de tu pareja, especialmente en situaciones en las que puede estar en peligro.
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Priorizar tu propia salud mental.
Las parejas pueden afectar la salud del otro. Es imprescindible que atiendas a tu propia salud mental. Si experimentás síntomas de depresión, pedí ayuda a un profesional de la salud mental. Pero incluso si no tenés depresión, puede que te resulte útil ver a un terapeuta o unirse a un grupo de apoyo dirigido por pares.
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Hacerse tiempo para el disfrute.
Además de la ayuda profesional, es importante encontrar otras formas de priorizar el cuidado personal. No tiene que llevar mucho tiempo ni ser complicado. Simplemente salir un rato de la casa y hacer tiempo para las actividades que disfrutás puede ayudar a proteger tu bienestar emocional cuando tu pareja tiene dificultades.
Las investigaciones han demostrado, por ejemplo, que trotar durante 15 minutos al día o caminar o trabajar en el jardín durante una hora, puede tener un efecto protector contra la depresión. Podés animar a tu pareja a unirse a vos en tus esfuerzos por salir y hacer ejercicio o conectarse con otros, pero tené en cuenta que la pérdida de interés en las actividades o pasatiempos es un síntoma de depresión.