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Por: Lic. Bárbara Demattei y Lic. Fernanda Neme

En los últimos tiempos se ha puesto de moda hablar de las emociones, de la desregulación emocional, de su manejo, gestión o regulación. Pero, ¿sabemos en realidad de qué se está hablando?

A continuación vamos a desarrollar una breve introducción a estos conceptos tomando como base los desarrollos realizados por las Terapias de Tercera Generación y, más específicamente, la Terapia Dialéctico Conductual.

Teniendo en cuenta los avances neurocientíficos, hoy sabemos que las emociones son respuestas fisiológicas, cognitivas y conductuales a estímulos que pueden ser internos o externos. Podemos decir que las emociones son prácticamente universales. Su función principal es de supervivencia y adaptación, al mismo tiempo que comunican e impulsan a la acción.

El componente fisiológico tiene como finalidad establecer un medio interno óptimo para que se exprese el  comportamiento más efectivo. Implica un proceso involuntario, organizando las respuestas de distintos sistemas biológicos tales como el tono muscular, la respiración, las secreciones hormonales, las presión sanguínea, entre otras. Involucra cambios a nivel del Sistema Nervioso Central y Autónomo, así como cambios neuroendocrinos y neuromodulares.

El componente conductual nos permite establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, impulsándonos hacia ciertos objetos, personas, acciones e ideas, a la vez que nos aleja de otros. Se refleja en las expresiones faciales, los movimientos corporales, el tono de voz, su volumen, ritmo, etc. De esta manera, se determinan cuáles son las conductas de utilidad comunicativa para la situación que está siendo vivida. Dentro del repertorio de respuestas conductuales se hayan las que son resultado de influencias innatas así como las aprendidas.

Respecto a los componentes cognitivos, podemos explicar que se trata del procesamiento de información que influye explícita e implícitamente en nuestra cognición y en nuestra vivencia subjetiva de los acontecimientos. De esta manera, se produce una alteración de la atención, elevando de rango ciertas cogniciones y conductas que funcionan como guía de respuestas y activándose redes asociativas en la memoria.

Entonces, ¿qué es la Desregulación Emocional? La definimos  como una respuesta emocional pobremente modulada,  o que no entra dentro de los rangos convencionalmente aceptados para las respuestas emocionales. También se observa cuando la expresión emocional  pierde flexibilidad o se restringe a una emoción en particular. Por ejemplo que frente a diferentes contextos o situaciones, se tenga como respuesta una única expresión emocional.

¿Cómo vemos la desregulación en nuestra práctica profesional? Se destacan a continuación ciertas características que suelen presentar los pacientes y que podrían  ser indicadores de desregulación.

  • Confusión del sí mismo: la persona no sabe qué siente o qué es lo genera una determinada emoción. En los casos más graves, se observan signos de disociación. A esto se suman: inconciencia, sensación de vacío, falta de contacto con sí mismo y con los otros, tendencia a la realización de juicios de valor, crítica, autoexigencia.
  • Tendencia a la Impulsividad: actuar sin pensar, no tener control de las propias conductas.
  • Falta de flexibilidad: se refleja en diversas dificultades frente a los cambios, debido a influencia de la emoción predominante.
  • Inestabilidad Emocional: Alternancia de emociones extremas,  comportamientos dependientes del estado de ánimo actual o estado emocional negativo estable, dificultad en la regulación de las emociones.
  • Problemas interpersonales: dificultad para conservar relaciones estables, para pedir y obtener lo que se quiere, dificultad para poner límites o mantener el auto-respeto. También se observa en los esfuerzos frenéticos para evitar el abandono de los seres queridos.

Hay múltiples herramientas que sirven para trabajar la Regulación Emocional. Podemos nombrar la utilización de técnicas de mindfulness para el autoconocimiento, del análisis funcional de la conducta para poder entenderla en contexto con sus causas y consecuencias, de técnicas específicas a poner en práctica para regular las emociones y que éstas no desborden. También se suman las habilidades para mejorar los momentos cotidianos, tener hábitos saludables (sueño, alimentación, estar en contacto con gente), así como los desafíos intelectuales y poder construir una vida que el paciente tenga ganas de vivir.

Recordemos que no solo es necesario disminuir el malestar sino también incrementar los momentos de bienestar.

Por otra parte, no sólo es importante trabajar las emociones en los casos de Desregulación Emocional. Las emociones están presenten en todo trabajo psicoterapéutico. Reconocerlas genera amplias posibilidades de sumar intervenciones efectivas, en relación a solamente quedarnos a nivel de pensamientos y acciones.

También es fundamental como terapeutas conocer y regular nuestras propias emociones. Sabiendo que las emociones necesitan expresarse mediante acciones, si no las reconocemos y tenemos plena conciencia de ellas, podemos caer en impulsos que no responderían a una intervención estratégica y por lo tanto, no sería de utilidad para el paciente en su proceso terapéutico.

Reconocer lo que sentimos implica tener conciencia del momento presente, de qué nos genera el paciente y con qué vulnerabilidades contamos, para poder generar una correcta comunicación de lo que sentimos y que esto genere también un modelado en el paciente en el aprendizaje de la gestión de sus propias emociones.

Para finalizar, queremos compartir un postulado al que adherimos y utilizamos en nuestra práctica diaria: «Las personas desean mejorar». Esto fue planteado por Marsha Linehan, y lo consideramos  de gran importancia, sobre todo al tratar con pacientes con Desregulación Emocional. Esto quiere decir que todos buscamos estar mejor, es difícil pensar en alguien que quiera o disfrute de sufrir. Es nuestra tarea como profesionales de la salud ayudar a las personas a aprender nuevas formas de actuar frente a sus emociones, para que puedan mejorar en aquello que los trajo a la consulta psicoterapéutica.

 

Desregualcion taller presencial

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