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Por: Lic. Antonela Blanco

Dada la prevalencia de los trastornos de ansiedad, es probable que tu hijo conozca a alguien que esté experimentando ansiedad intensa o que ellos mismos estén en esa situación.

Tu hijo ni siquiera tiene que tener necesariamente una conexión personal con la ansiedad para que tenga preguntas al respecto. La palabra aparece frecuentemente en las redes sociales, la televisión y las películas, y es posible que escuchen a las celebridades a las que siguen hablar abiertamente sobre sus propias experiencias con la ansiedad.

Esto tiene un beneficio importante: Cuantas más personas apoyen y hablen sobre la salud mental, más fácil les resultará a los demás entenderla y hablar sobre ella.

  • Es una buena idea explicarles que, así como nuestro cuerpo a veces se resfría, nuestro cerebro a veces también se enferma.
  • Es posible que los niños pequeños ya comprendan qué son los miedos y que sentirse preocupados o asustados puede afectarnos mental y físicamente, pero podés ayudarlos a aprender más sobre el por qué.

Tal vez puedas hablar sobre cómo ocurre la ansiedad cuando el cerebro comienza a trabajar demasiado y se vuelve demasiado protector, como una abeja obrera encargada de mantener a salvo a la reina. De tanto luchar, se desgasta.

  • Para los niños un poco más grandes, podés conversar sobre cómo la ansiedad afecta la mente y el cuerpo, y algunos de los síntomas que ellos o sus seres queridos pueden experimentar como resultado de la ansiedad. También se sugiere hablar sobre los diferentes tipos de ansiedad, como la relacionada con la escuela, el futuro u otras cosas.
  • También es importante hablar con tus hijos sobre el manejo de la ansiedad y hacerles saber que es útil compartir cuando se sienten ansiosos para que puedan obtener el apoyo que necesitan.

Para empezar, podés compartir y practicar con ellos técnicas de respiración (por ejemplo, las que mencionamos en este artículo: https://cpp.com.ar/blog/7-tecnicas-de-relajacion-para-un-alivio-eficaz-del-estres-y-la-ansiedad/) que favorecen la relajación y la calma.

  • Dependiendo de la gravedad de la ansiedad de tu hijo, también es una buena idea hablar con él acerca de obtener ayuda de un profesional de salud mental y normalizar el tratamiento de salud mental, incluida la terapia y los medicamentos.
  • Para los niños más pequeños, es posible decir algo como: “A veces, las preocupaciones o los miedos son tan grandes que es difícil lidiar con ellos por nuestra cuenta. Tu ansiedad hace que te resulte muy difícil salir de casa (o ir a la escuela, al médico o jugar con tus amigos). Un terapeuta puede ayudarnos a todos a aprender cómo hacer que nuestras preocupaciones sean un poco menos grandes y aterradoras”.

 

Curso para profesionales. Diagnóstico y tratamiento de los trastornos de ansiedad

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