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En un mundo donde la sobreprotección se ha convertido en la norma y la independencia de los niños está en declive, surge una preocupación creciente: la ansiedad infantil. Los niños de hoy en día, en lugar de explorar el mundo por sí mismos, están cada vez más atrapados en un entorno supervisado y estructurado. En este artículo, exploraremos cómo la falta de independencia podría estar contribuyendo a la ansiedad en los niños y presentaremos una solución aparentemente simple para abordar este problema.

La supervisión excesiva de los niños es una tendencia que ha crecido en las últimas décadas. Los niños de hoy en día pasan menos tiempo al aire libre, jugando y explorando de manera independiente, en comparación con generaciones anteriores. En cambio, están más inmersos en dispositivos electrónicos, clases dirigidas por adultos y deportes organizados. Incluso actividades aparentemente inocentes, como visitar a un amigo, a menudo vienen acompañadas de la supervisión constante de los padres.

Esta disminución en la independencia infantil se ha relacionado con el aumento de la ansiedad en los niños. La ansiedad infantil es «la crisis de nuestro tiempo». A pesar de los esfuerzos por abordar este problema, como la terapia y los ejercicios de respiración, los niveles de ansiedad siguen siendo alarmantemente altos.

¿Podría la respuesta ser tan simple como permitir que los niños sean más independientes?

Esta es la cuestión que se ha estado investigando. Lenore Skenazy, madre y fundadora del movimiento «Free-Range Kids,» y el Dr. Camilo Ortiz, psicólogo y profesor de psicología, han estado estudiando cómo la independencia puede ayudar a los niños a desarrollar valentía y resiliencia.

A medida que exploramos este enfoque, hemos notado que los niños que están constantemente supervisados tienden a desarrollar una mayor ansiedad. Cuando un adulto está presente de manera constante, ya sea en persona o a través de dispositivos electrónicos, los niños no tienen la oportunidad de enfrentarse al mundo por sí mismos. La supervisión excesiva puede ser contraproducente, ya que los niños no llegan a descubrir de qué son capaces y cómo enfrentar desafíos.

Es por eso que el Proyecto Let Grow, una iniciativa que promueve la independencia y la resiliencia infantil, se ha convertido en un enfoque valioso. A través de este proyecto, los niños se les pide que realicen tareas simples por sí mismos, como pasear al perro o preparar el desayuno familiar. Los maestros y padres han observado un aumento en la confianza de los niños cuando participan en estas actividades independientes.

Un estudio piloto realizado por el Dr. Ortiz y su estudiante de doctorado, Matthew Fastman, reveló resultados prometedores. Cinco niños diagnosticados con trastorno de ansiedad participaron en una terapia de independencia en la que llevaron a cabo actividades por sí mismos. Los resultados indicaron una disminución significativa en la ansiedad de los niños después de completar estas actividades.

Esto sugiere que permitir que los niños sean más independientes podría ser una estrategia efectiva para reducir la ansiedad infantil. Aunque se necesita más investigación, los resultados iniciales son alentadores y respaldan la idea de que la independencia es esencial para el desarrollo de la valentía y la resiliencia en los niños.

En resumen, la ansiedad infantil es un problema creciente que merece atención y soluciones efectivas. Fomentar la independencia en los niños puede ser una estrategia sencilla y poderosa para abordar esta preocupación. Los niños necesitan la oportunidad de enfrentarse al mundo por sí mismos, aprender de sus experiencias y desarrollar la valentía y la resiliencia necesarias para prosperar en un mundo en constante cambio. La independencia es un regalo que podemos ofrecer a nuestros hijos para ayudarles a crecer fuertes y seguros.

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