Hoy todo el mundo parece estar «estresado», y en un sentido amplio del término, es así. Todos estamos bajo presiones, ya sean familiares, sociales, laborales, profesionales, económicas, y ante estas presiones, respondemos con stress, es decir, con una reacción de defensa, un reflejo que predispone al cuerpo para la acción en procura de lograr una adaptación a situaciones nuevas.
La buena noticia es que predispone a la acción, y puede llevar a tomar una nueva perspectiva y determinación sobre las cosas. La mala noticia es que conlleva sentimientos de desconfianza, rechazo, enojo, mal humor, irritabilidad y depresión que se traducen en diferentes síntomas físicos que van desde los más leves hasta los fatales. Empezando por síntomas tales como cansancio físico, contracturas musculares, manos frías, cefaleas, pérdida o aumento del apetito, trastornos del sueño (en más o en menos), mareos, dolor de estómago, etc. Si esto perdura, los síntomas se cronifican y así llegamos a situaciones de gastritis, úlceras, enfermedades alérgicas, caída del cabello, hipertensión arterial, etc.
¿El Stress… mata?
Si los factores de Stress se mantienen, la respuesta es Sí. Llegamos así a ataques cardíacos, accidentes vasculares, úlceras sangrantes, etc., en cuyos casos es comprobado el efecto de la tensión.
¿Qué es el Stress?
Muchas cosas en la vida pueden ser estresantes: divorciarse, casarse, mudarse, cambios en el trabajo, nacimientos, muertes, y hasta ganarse la lotería… En todo caso, lo que estresa es lo que uno interpreta como demasiado. «Demasiado» significa más allá de las posibilidades que uno considera que posee para enfrentar la situación. «Mucho» no es «demasiado», y esa diferencia es importante. Demasiado implica que hay cosas que no van a poder concretarse, que van a quedar pendientes. Es típico en niveles directivos, que haya altos niveles de stress, comúnmente asociados con mucho trabajo.
En realidad la angustia aparece porque, al haber mucho trabajo es más posible que haya al menos una parte que no puede ser completada. Así, por ejemplo, un director de una empresa, podría encontrarse frente a esta situación: «tengo llamados pendientes, debería responderlos» «quedó sin resolver la propuesta que me hicieron sobre capacitación», «debería estar haciendo el presupuesto del año que viene», «debería leer esas carpetas que me dejaron sobre el escritorio», «¡¿cuándo voy a hacer todo esto?!».
En la otra punta, los que tienen poco trabajo o ninguno, también pueden ser víctimas del Stress, y de nuevo el problema va a surgir cuando la falta de trabajo lleve a dejar pendientes otras cosas, como por ejemplo, cuentas a pagar. Esto es así, no sólo en el trabajo; como decíamos anteriormente, un nacimiento o una separación, pueden producir Stress. En una separación, por ejemplo, lo que produce Stress es, antes que el hecho de que el otro ya no esté, los proyectos truncos, lo que no pudo hacerse. Lo que duele, más que lo que falta, es lo que pudo ser y no fue. Cada uno de nosotros tiene la experiencia de haber pasado por alguna de estas situaciones, y podría identificar qué cosa específica de esa situación lo puso mal, y, tarde o temprano, verá que fue algo que quedó trunco (en el caso de una separación, por ejemplo), algo que se vivió como algo que no se podía tolerar (como una muerte), algo que se vivió como demasiada exigencia (como un nacimiento), o algo que se vivió como un gran esfuerzo (como una inversión económica). El común denominador es la situación de demasiado. A veces esa situación se traduce en la sensación subjetiva de «esto es demasiado para mí», «esto me supera», «no voy a poder con todo». Otras veces no lo registramos subjetivamente, pero entonces el cuerpo manda una señal que indica el límite. En síntesis, lo que estresa no es lo mucho o lo poco, lo malo o lo bueno, sino lo que queda pendiente.
El Stress en la vida actual, ¿va en aumento?
Claro que sí. Hay un aumento acelerado en la información, junto con una disminución en las posibilidades de procesamiento. Hay más de 70 canales de TV, la promesa de ver un buen programa se ha multiplicado (junto con un descenso en la calidad promedio), y por esta razón, uno tiene la sensación de que al ver un canal hay 69 que «se está perdiendo». Para contrarrestar esto acudimos al zapping, y entonces ya ninguno es suficiente como para quedarnos ahí, porque existe la promesa de otros. Y así se genera un círculo vicioso donde probamos un poco de cada uno (que no llena), pero tampoco llena uno por lo que podría ser otro mejor. Este ejemplo es aplicable a muchas cosas de la vida actual: aumento en la oferta de comunicaciones, pizzerías, autos, etc. y esta es una tendencia en aumento constante y cada vez más acelerada. Cada uno podrá encontrar ejemplos personales de esto que, finalmente, a lo que llevan es a la insatisfacción. Hay una frase (que extrajimos de ya no sabemos cuál de todos los materiales que recibimos a diario) que resume esta idea: «Lo mucho se vuelve poco con solo desear un poco más». Entonces el problema está en querer más, y el mundo va cada vez más en la dirección de «prometer más». Así como en una pareja es típico el reclamo de «me prometió que iríamos juntos de viaje y no cumplió», por ejemplo, con el mundo nos pasa lo mismo.
¿Qué se hace con todo esto?
La clave es parar. Claro, Uds. dirán, «sí, muy bien, pero… ¿cómo se hace?». Nosotros les diríamos: «vayan a una isla con buen clima, buena compañía, buenas frutas, donde pudieran cultivar algún vegetal, cuidar de alguien…». Estamos seguros de que esto resulta tan tentador como imposible.
Bien, pongamos objetivos más pequeños (y esto es ya una manera de empezar a lidiar con esto). El mundo no va a parar, quizás lo que sí podamos es parar nuestro ritmo. Y esto significa revisar nuestras expectativas acerca de las cosas. Para lograr esto, hay muchos caminos, y todos conducen a Roma. Pero claro, cada uno de nosotros está dispuesto a tomar uno y no otro.
El primer paso es listar los estresores relevantes para cada uno. Ante cada estresor uno se preguntará: «puede este estresor ser cambiado o debe ser tolerado?». Así entonces, tenemos dos técnicas, según la respuesta que nos demos:
a) Focalización en la resolución
b) Focalización en la aceptación.
Lo ideal es un programa que combine ambos aspectos. Así algunas pautas generales son:
Técnicas de focalización en la resolución
Para cambiar lo que se puede (focalización en la resolución) identifique las causas; qué le causa mayor enojo, qué situación le hace sentir ansiedad, nervios o miedo.
– Prevenga aquellas situaciones antes de que ocurran. Por ejemplo, si ver programas violentos en TV lo pone mal, no los vea! Si importantes eventos familiares lo ponen ansioso, planifique tener más tiempo para poder afrontarlos.
– Comparta sus pensamientos y sentimientos. Generalmente ayuda hablar con otras personas, quizás un miembro de su familia, amigos, compañeros de trabajo o alguien que pueda ayudarlo a ver sus problemas desde una óptica diferente. Además, ayuda ver que a los otros, a veces, les pasan cosas similares.
– Intente resolver su problema con quien lo tiene. Puede parecerle obvio, pero muchas veces uno está enojado con alguien y se queja de eso con otros, quizás por temor a enfrentar esa situación. Cuando la enfrente, que sea por la situación puntual; no aproveche para cobrarse facturas atrasadas.
– Aprenda a expresar su enojo y otros sentimientos negativos, sin herir a otros. Está bien estar enojado. Sin embargo, trate de decir «me siento enojado» en lugar de «vos me enojás». Agredir a otros con palabras sólo hace que esta persona se sienta atacada. Esto, en lugar de ayudar, dificulta la resolución del conflicto.
– Propóngase metas a corto plazo. Las metas le dan algo por qué trabajar, y satisfacción cuando las alcanza. Póngase plazos cortos, metas conquistables, avanzando día a día. No se olvido de sus hobbies y sus amigos cuando haga planes. Lleve una agenda con sus pendientes para ir resolviéndolos día a día. Por ejemplo, esa bombita de luz que hay que cambiar … cámbiela!
– Reconozca que Ud. sólo puede cambiarse a sí mismo, no a otras personas. Muchas veces se gasta mucho tiempo y energías intentando cambiar a la esposa, al marido, a los hijos,… queremos hacerlos diferentes, o que actúen de determinada manera. Cuando estos cambios no ocurren, uno se siente frustrado, tenso y triste. Nadie tiene el poder de cambiar a otro. Cuando la gente cambia es, generalmente, porque ellos quieren hacerlo.
– Tenga el coraje de ser imperfecto. Deje de tratar de ser la mujer perfecta, el empleado o el jefe perfecto. Nadie es perfecto; tratar de ser perfecto es admirable, lograrlo es imposible.
Técnicas de focalización en la aceptación
Para tolerar lo que es inherente a la vida: incluya en su vida algún programa de actividad física (gimnasia, caminata, natación, etc.) Mens sana in corpore sano.
– Practique técnicas de Relajación. Las Técnicas de Relajación y Autohipnosis, sin ser la única respuesta, constituyen una respuesta natural, «fisiológica» y específica para esta problemática. Nuestro organismo cuenta, en forma innata, con la posibilidad de responder anulando el hipermetabolismo del stress con un hipometabolismo. Empero, esta respuesta no es automática, es algo que poseemos en potencia, y que debemos desarrollar, educar y ejercitar, para que nuestro organismo incorpore así una defensa natural contra el stress. Esto es difícil hacerlo solo al principio. Por ello es bueno acercarse a alguna institución donde se enseñe esto específicamente, para luego poder practicarlo por su cuenta.
– Practique la relajación cotidianamente. Poder parar 15 minutos diarios tiene un doble propósito:
- “Desenchufa”, metaboliza el stress y permite recuperar energías para poder seguir adelante en mejores condiciones.
- Da la posibilidad de centrarse en los objetivos más importantes; ver el bosque y no el árbol.
¿Qué hacemos nosotros?
En nuestro Centro venimos trabajando desde hace ya varios años con un programa que consiste básicamente en tres partes:
- Un encuentro grupal donde desarrollamos algunos aspectos específicos acerca de cómo lidiar exitosamente con el stress.
- Una serie de entrevistas individuales donde se trabajan las técnicas de focalización en la resolución con la problemática específica del paciente.
- Sesiones grupales de una hora por semana donde se enseñan y desarrollan técnicas específicas de Relajación y AutoHipnosis.
En fin, si todo esto le pareció demasiado, empiece por descartar todo aquello que le resultó molesto, y eso ya es un buen comienzo. ¡Ánimo, algo se puede! Si nada de esto le gustó, y lo que quiere descartar es su vida, recuerde que el alcohol, las drogas, etc., están al alcance de la mano.