Por: Equipo Cohesión
A medida que la práctica profesional se incrementa, vamos encontrando diferentes situaciones que nos orientan, desorientan, empujan, condicionan hacia algún lugar, o nos traban y nos aquietan.
Intentemos pararnos en un paciente que viene trabajando hace unos meses con un terapeuta (siempre desde nuestro modelo estratégico, focalizado en el motivo de consulta del cliente). Dicho paciente ha logrado parte de sus metas, se siente claramente mejor, pero cada vez que nos visita, nuestra conversación gira en torno a los diferentes ejemplos de su vida cotidiana, en la que su relación con los demás se ve afectada. Muchas veces se responsabiliza de sus acciones, otras, no comprende por qué los demás actúan de tal o cual manera, o cuanto de su proceder influye en las reacciones o comportamientos de los otros.
Y ahí empieza en nuestras mentes (si es que no lo hemos considerado antes) la idea que el dispositivo individual es insuficiente para este paciente. Insuficiente no quiere decir que no sea productivo, pero sí que quizás no estaría alcanzando o sobre todo que hay dificultades para darle un cierre al tratamiento si solo nos quedamos en las conversaciones individuales, tanto para el profesional como para el paciente.
Paciente y terapeuta empiezan a enredarse en un “más de lo mismo”, el terapeuta comprende que no está pudiendo ayudar a este paciente pero que el tratamiento no cumpliría las condiciones como para cerrarlo, el paciente no quiere cerrar el proceso, porque obviamente siente que aun su trabajo no concluyo.
Creemos que hay un plus que podemos otorgarle a nuestro consultante: la posibilidad de trabajar su “problema” con otros, dirimir lo que se ve de sí mismo en el discurrir con otros. En ese punto es que comenzamos a sembrar en las conversaciones con el paciente, la posibilidad de ingresar en un grupo terapéutico.
¿Y por qué GRUPO entonces?
“Porque considero que es ese plus a tus preguntas, y ese cúmulo de necesidad de respuestas, a las que no termino de poder contestar de manera satisfactoria. Falta esa mirada de otros, no de los de tu entorno, si no de aquellos que los representen y los complementen”.
Por esto es que es muy importante el tipo de grupo al que incluiremos a cada uno de nuestros pacientes, ya que cada cual aportará al resto del grupo su propio esquema conceptual y desde ese lugar crearán una dinámica y un clima específico en ese grupo. Cada paciente en la medida que se va creando un esquema del grupo, modifica y cambia su propio esquema personal.
El grupo no excluye la individualidad, muy por el contrario, la corrige, la incluye y la supera. Con esto planteamos que cada motivo de consulta y los modos de afrontarlo; deben estar considerados en el grupo en el que el paciente participará, buscando complementariedades y simultaneidades; maneras de afrontar las relaciones interpersonales en su cotidianeidad y las razones por las que ese afrontamiento en los vínculos le trae dificultades.
Si lo pensamos de esta manera, el paciente del que veníamos hablando, tiene en su dinámica cotidiana un patrón de funcionamiento que lo está alertando de alguna u otra manera. También puede estar afectando a sus vínculos y la relación que tiene con ellos. Necesariamente tiene que haber algo que lo esté molestando, ya sea porque se dé cuenta de ello por sí mismo, o bien porque los demás se lo digan de alguna u otra manera.
A veces sucede que el paciente no logra registrar que es lo que le pasa y se pregunta acerca de lo que genera en los otros: “No lo comprendo; ¿qué es lo que les pasa conmigo? ¿Qué genero? ¿Por qué me dicen lo que me dicen? ¿Por qué siento que se alejan?”.
Muchas veces el paciente se va aislando del resto de las personas o se va sintiendo aislado, no parece tener falta de habilidades sociales, y sin embargo, va cercando su circuito de relaciones.
Para el terapeuta, la función que dicho grupo ofrece agrega un plus a su trabajo con el paciente, le permite observar al mismo en un contexto interaccional, pero a la vez le permite al mismo profesional trabajar con varios pacientes con la misma problemática en un lapso más acotado de tiempo y con mejores y óptimos resultados.
