Por: Lic. Antonela Blanco
La motivación es la disponibilidad para realizar ciertas acciones tendientes a lograr algo que se busca o desea. También puede verse desde la perspectiva de la inversión que el consultante está dispuesto a hacer en tiempo y en otros recursos para alcanzar dichos objetivos.
La motivación es variable: en diversos momentos del tratamiento puede aumentar o disminuir, variar la calidad, tomar una dirección u otra.
Además, motivación es un concepto interaccional porque las acciones del terapeuta pueden disminuir o aumentar la disposición del paciente. Esto también puede darse en sentido inverso, por lo que podemos decir que estamos frente a nuestro viejo y conocido amigo, el circuito.
Teniendo en cuenta esto, el problema que motiva a la consulta es la representación condensada de lo que el paciente está dispuesto a trabajar y es una medida apropiada del cambio.
El motivo de consulta pactado funciona como faro que nos da la posibilidad de estimar en cada momento la disposición del paciente a seguir los pasos necesarios para que la meta del tratamiento se cumpla.
Pensamos que, si el foco fue bien elegido, las disminuciones de motivación sólo pueden venir de:
- Cambios en la situación vital del paciente.
- De la motivación del terapeuta.
- De algo que hizo el terapeuta para que la motivación caiga.
Es necesario considerar que el interés del paciente por lo que el terapeuta le pueda decir es el resultado de su sensación de ser entendido y aceptado.