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Hay una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de suicidio de una persona. Comprenderlos es el primer paso para la prevención.

Los pensamientos suicidas pueden ser aterradores y abrumadores, pero también son comunes. Las estadísticas del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades demuestran que muchas personas que experimentan ideas suicidas (pensar o planear terminar con su vida) no intentan suicidarse.

Cómo disminuir las tasas de suicidio

Las tasas de suicidio aumentaron más del 35 % entre 1999 y 2018, pero los informes iniciales indican que las tasas en realidad han disminuido durante la pandemia de COVID-19.

Cuando se trata de prevenir el suicidio, el conocimiento es poder. La mejor manera de disminuir las tasas generales de suicidio es comprender los factores de riesgo de suicidio y conocer las medidas de protección que pueden mitigar estos riesgos.

1. Riesgo: Genética

Varias investigaciones sugieren que la genética juega un papel en el riesgo de suicidio. En un gran estudio de 2022, los investigadores identificaron dos variaciones específicas de ADN que creen que hacen que una persona sea más propensa a intentar suicidarse. Muchas condiciones de salud mental también tienen un componente genético, y muchas personas con estas condiciones experimentan pensamientos suicidas.

Factor protector:

Si heredás un gen, no significa que definitivamente vas a desarrollar una condición o, en este caso, intentarás suicidarte. Los genes están influenciados por muchas cosas, incluidos los comportamientos, el entorno y las elecciones de estilo de vida. Cualquier predisposición genética que pueda tener puede estar inactiva o incluso ser reversible. En otras palabras, tus genes no son tu destino.

2. Riesgo: Algunos trastornos de salud mental

Ciertas condiciones de salud mental se han asociado con un mayor riesgo de pensamientos suicidas. Esto incluye condiciones que afectan el estado de ánimo de una persona, como la depresión o el trastorno bipolar, y las que causan síntomas psicóticos, como la esquizofrenia. En 2015, casi la mitad de las personas que murieron por suicidio fueron previamente diagnosticadas con una condición de salud mental.

Factor protector:

Las condiciones de salud mental son manejables y, cuando se atienden, el riesgo de suicidio es mucho menor.

Los tratamientos son diferentes según la afección, pero la mayoría de las veces implican terapia, medicamentos, herramientas de afrontamiento o una combinación. Si vos o un ser querido tienen una afección de salud mental y te preocupa el suicidio, es una buena idea hablar con un profesional de la salud mental acerca de las opciones de tratamiento.

3. Riesgo: Uso de sustancias

Se ha estudiado que el uso de sustancias aumenta significativamente el riesgo de suicidio de una persona. Esto es cierto no sólo para las drogas ilegales como la cocaína y la heroína, sino también para muchas sustancias legales como los analgésicos recetados y el alcohol. Una posible razón de esta conexión es que muchas sustancias pueden reducir las inhibiciones, lo que hace que sea más probable que alguien actúe sobre pensamientos suicidas.

Factor protector:

El consumo de sustancias no es, en sí mismo, un problema. Pero si te preocupa la dependencia, hay muchos pasos proactivos que podés tomar.

Puede servir tratar de identificar cualquier desencadenante que pueda hacerte más propenso a abusar de las sustancias. Es posible que desees considerar establecer límites para con vos mismo o pedirle ayuda a alguien en quien confíes para que sea responsable.

4. Riesgo: Sentir que no hay otras opciones

Los pensamientos suicidas pueden sentirse abrumadores. Gracias al estigma social en torno al suicidio, tener estos pensamientos puede hacer que las personas se sientan aún más aisladas, especialmente si no tienen a nadie en quien confiar.

Factor protector:

El suicidio nunca es la única opción, aunque se sienta así. Para cualquiera que esté considerando suicidarse, el simple hecho de ser escuchado y comprendido puede ser un poderoso elemento disuasorio. Si no te sentís cómodo comunicándote con alguien que conocés, hay opciones. Las líneas de ayuda al suicida cuentan con consejeros capacitados que escucharán sin juzgar.

5. Riesgo: Abuso y trauma

Las experiencias traumáticas pueden hacer que una persona sea más susceptible a los pensamientos suicidas. Una investigación de 2019 indica que el abuso infantil, en particular, aumenta considerablemente el riesgo de suicidio. Las personas con afecciones relacionadas con el trauma, como el Trastorno por Estrés Post Traumático, también tienen un mayor riesgo de suicidio.

Factor protector:

Nadie debería tener que pasar solo por las secuelas de un trauma o abuso. Sentirse aislado e invalidado puede provocar ideas suicidas en algunas personas, por lo que es vital tratar de encontrar una salida para compartir las experiencias. Por ejemplo: conectarse con un terapeuta, una línea directa de suicidio, un grupo de apoyo o con un amigo o familiar de confianza. No hay una forma correcta o incorrecta de abordar esto. La clave para recordar es que tu trauma no te define.

((FUENTE: https://psychcentral.com/lib/what-can-be-done-to-reduce-the-risk-of-suicide#next-steps))

 

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